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Nada de este mundo parece más trascendente para el guía que el paisaje de los lugares fusionados con la gente, la historia, los vaivenes del presente y los días por vivir que le esperan a la región de Coquimbo.

La playa y el mar relucen como brasas encendidas que iluminan desde el flanco izquierdo todo lo largo de la ruta 5. 

Del otro lado del camino principal, bajo el sol y los vientos que despiden las cumbres de la Cordillera, las parcelas verdes de los valles se desparraman sobre las laderas.El paseo recién despega en La Serena y disfrutar con una primera experiencia gastronómica de la zona con una copa de pisco, sabiamente adosada a una picada de mariscos, empanada de quínoa y salmón y pescado rollizo.

las olas desbocadas que sacuden las rocas de Punta Teatinos lucen a pedir de los surfistas y no parecen admitir a otros audaces.

Avenida del Mar, La Serena

El Faro de La Serena señala el punto exacto donde   encendían fogatas para corregir el rumbo de los barcos en el siglo XVI

Hacia el sur, el sitio de donde emerge la figura amarilla de un castillo y faro –uno de los íconos de la ciudad transformada por arquitectos y urbanistas europeos en la década del 50.

La panorámica se amplía aún más desde el mirador de la Cruz del Tercer Milenio, erigido a 96 metros de altura. La vista desde este balcón abarca el horizonte marítimo, el puerto de Coquimbo, las playas, el enjambre edilicio de La Serena y, bien al fondo, un borroso recorte de la Cordillera y sus valles.

Aldeas costeras

Más al sur por la ruta Panamericana 5 Norte, la solitaria presencia del Pacífico y su costa acantilada es tímidamente interrumpida por una cadena de silenciosas aldeas. Cada una ofrece su propia singularidad, aunque no dejan de remitir al paisaje despojado que presentaban las orillas vírgenes de Coquimbo y La Serena hace más de un siglo. Por eso, no es una tarea sencilla cruzarse con un vecino e intercambiar siquiera un saludo en Totoralillo –una playa a la medida de los surfistas–, Tongoy o el exclusivo balneario Las Tacas, reconocido por su puerto de yates.

El paseo devuelve parcialmente a los turistas al ritmo más frenético del tiempo presente en Guanaqueros –un pueblo de pescadores que vivían en la mayor placidez con sus manadas de guanacos

el casco histórico. A metros del templo jesuita San Agustín CONFLUYE  el mercado La Recova

El mercado de la recova son mayoría los puestos de los artesanos dedicados a crear piezas en  conbarbalita y lapizlázuli , consideradas las piedras nacionales de Chile.

La depurada técnica de los orfebres que trabajan a la vista del público es una espectáculo que atrae a decenas de turistas.

El Museo Arqueológico devuelve los apreciables silencios del litoral costero en medio del centro histórico de La Serena.

Las salas reflejan las profundas marcas de la extinguida cultura moye –una etnia que llegó de la región de Amazonas hace tres milenios– encontradas en esta zona, la fuerte influencia diaguita desarrollada entre los siglos XI y XV y los sucesivos aportes de los incas, mapuches, aricas, atacameños y los rapa nui de la isla de Pascua.

En esta experiencia nos lleva a 120 Km al norte de la Serena a Punta Choros previa zona en el continuo movimiento de los botes, empujados sin una pizca de apuro por pescadores que portan redes artesanales, es el multicolor espectáculo que atenúa la impaciencia de los turistas, ordenados en rigurosa hilera en el muelle de antes de iniciar la excursión que los llevará a la islas de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt.

el contorno pedregoso de la isla Choros y el variado catálogo de especies de fauna marina empieza a desfilar alrededor. Pingüinos, lobos marinos, nutrias de mar, bandurrias, gaviotas, gaviotines, jotes, pelícanos y petreles hacen equilibrio sobre rocas puntiagudas o se exponen al sol en escuálidas playas de arena.

 El Valle de Elqui y toda esta mística zona , a su vez, por sus cielos despejados para la vista de estrellas.

En el camino al Valle del Elqui por la Ruta Internacional Gabriela Mistral –la vía directa hacia el Paso de Agua Negra y la provincia de San Juan(Argentina).

La silueta turquesa del embalse de Puclaro advierte sobre la cercanía de la finca Falernia, la bodega creada más al norte de Chile, que ostenta renombre por su inigualable sauvignon blanc, una exquisitez producida a 1.200 metros sobre el nivel del mar.

Valle del Elqui , un lugar místico que invita al relajo y a la desconexión en las cercanías de los cielos más limpios de América del Sur.

El Valle del Elqui uno de los destinos más visitados que no te puedes perder si eres amante de la naturaleza y buscas experiencias de descanso diferentes.

Destacan en este valle las plantas elaboradoras de pisco, en dónde puedes conocer en primera persona los procesos del pisco, hacer degustaciones y comprar los mejores brebajes de la zona y observación de las estrellas.

  • El Pangue, uno de los 15 observatorios astronómicos construidos para admirar y estudiar el cielo inmejorable, que cada noche corona los días plenos de sol que goza la región de Coquimbo.
  • El Observatorio Cerro Mamalluca :es un observatorio turístico ubicado a 9 kms al nor-oriente de la ciudad de Vicuña. En 1994, se convirtió en el primer observatorio aficionado con fines turísticos de ese país.​

“Sólo unas pocas estrellas no se alcanzan a ver en el cielo de Chile. Son las que están sobre el Polo Norte, pero no es importante. Lo mejor está en el hemisferio sur”

Observatorio Mamalluca ,(Fuente imagen :Turismo Chile)

 

 

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